Descansar bien es una necesidad, más que un placer.El descanso tiene por objetivo posibilitar que el cuerpo equilibre sus niveles, se refuerce, se reduzca la fatiga y se recupere la energía.Para ello, es fundamental favorecer una adecuada postura de la columna, de forma que se relajen los músculos y se pueda conseguir un buen descanso y una buena respiración.

Si bien es cierto que la cultura del descanso en general todavía no está todo lo considerada que debiera, a grandes rasgos se han de tener en cuenta varios aspectos a la hora de elegir el colchón premium óptimo, que deberá tener determinadas características según la morfología, raza, edad y sexo de las personas.

Un descanso para cada cultura

En la cultura oriental, por ejemplo, es muy habitual dormir encima de superficies duras y, casi directamente, sobre el suelo con pequeñas colchonetas que incluso hacen en los propios hogares las personas que las van a utilizar. Nos referimos por ejemplo al famoso futón japonés. En el caso de los orientales, hemos de tener en cuenta que son personas cuya morfología es prácticamente recta, sin apenas curvas que tengan que respetar los colchones. Suelen ser personas de baja estatura que cuando reparten su peso por toda la superficie del colchón prácticamente no llegan a hundirse en ellos.

Durante una época a la gente le dio por comprar futones, que más que una pieza para el descanso es una auténtica “tortura”, ya que resulta un sistema de descanso duro como una piedra. Otra de las características “terribles” de un futón es que nos obliga a levantarnos prácticamente desde el suelo cada mañana “en frío”, cuando aún nuestros músculos no están preparados para levantar nuestro propio peso.

 

 

En el caso de las culturas africanas, su morfología nos indica que tienen una curvatura muy pronunciada en la zona lumbar y esto hace que a la hora de elegir un sistema de descanso hay que tener en cuenta que éste debe tener una primera capa suave de adaptabilidad de entre 10 y 12 cms  de grosor.

Respecto a la altura a la que debe estar la cama, por si alguien aún no lo sabe, es la altura que nos permita tener, en la posición de sentado, el trasero por encima de las rodillas.

 

2.- Concéntrate en desconectar mentalmente de cualquier pensamiento negativo o que te preocupe. En otras palabras, no te lleves las preocupaciones a la cama. Puede ayudarte a desconectar por ejemplo leer, escribir, dibujar, ver la televisión, técnicas de respiración o cualquier otra técnica que te relaje.

3.- Intenta volver a asociar la cama y el dormitorio con el rápido inicio del sueño,  limitando las actividades incompatibles con el sueño (comer, hablar, dar vueltas, trabajar con el ordenador, etc.) en la cama.

Mayores y niños

En cuanto a la edad, la fuerza de la gravedad hace que a lo largo de los años nuestra columna vertebral se vaya curvando poco a poco, y esto es indicativo inequívoco de que no podemos dormir sobre superficies rígidas. El colchón que escojamos debe en todos los casos, pero en éste muchísimo más, respetar nuestra morfología. Si a una persona mayor la hacemos dormir en superficies duras o rígidas, lo más probable es que acabe durmiendo sentada en el sillón donde acostumbra a ver la tele.

Para que las personas mayores consigan un descanso Premium es indispensable que utilicen un colchón de caucho natural o lo más parecido, ya que es el tipo de colchón que más adaptación proporciona, además de tener la particularidad de ser anti llaga.

En cuanto a los niños, debemos pensar que son “desproporcionados”, en el sentido más cariñoso de la palabra, me explico. Si nos fijamos en los niños, son personitas prácticamente rectas sin apenas formas, con cabezas mucho más grandes proporcionalmente al tamaño de sus cuerpos.

Al contrario que los adultos y personas mayores, los niños necesitan superficies con poca masa de adaptabilidad, entre 3 y 5 cm, no más, de lo contrario provocaremos un hundimiento total de su cuerpo en el colchón y, por tanto, un desarrollo corporal incorrecto.

Parejas, la mujer elige

Respecto al descanso femenino y masculino, la recomendación es que la mujer es la que debe elegir la manera de dormir puesto que ella tiene más curvas a las que se debe adaptar el colchón. Por lo general el hombre suele decir que “él duerme en cualquier sitio” y realmente es así. Éste acabará acostumbrándose a la manera de dormir que decida su pareja. Aunque no todos los hombre se adaptan debido a que padecen problemas de insomnio o son muy exigentes a la hora de elegir un colchón.

Para parejas que tengan discrepancias a la hora de decidirse por el tipo de descanso, han de saber que existe la posibilidad de fabricar colchones personalizados, con un interior hecho a gusto del cliente.

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